Black Mirror es una serie compuesta de 3 episodios autoconclusivos que
no dejarán a nadie indiferente. Más o menos de una hora de duración cada
uno, todos tratan distintos aspectos de una sociedad dominada por las
nuevas tecnologías de comunicación. De esta manera, Black Mirror es una
crítica, a la par que una reflexión, de la súper-tecnológica sociedad en
la que desarrollamos nuestras vidas: ¿qué ganamos y qué perdemos al
depender tanto de la tecnología? ¿Es hora de plantearse una redefinición
de "tecnología"? Charlie Brooker, el principal guionista, a propósito
de la serie comentó: "Si la tecnología es una droga, y se experimenta
como tal, entonces ¿cuáles son sus efectos secundarios? Mi nuevo drama
se sitúa en este terreno; entre el placer y el desasosiego. El espejo
negro de la serie es el mismo que puedes encontrar en cualquier pared,
en cualquier escritorio, en la palma de cualquier mano: la fría y
brillante pantalla de un televisor, de un ordenador, de un smartphone".